Después de un agotador día en que pude conocer la hermosa ciudad de Washington D.C, en mi tercer día de viaje tocaba visitar la parte baja de la isla de Manhattan conocida como Lower Manhattan, sector donde se ubica todo el centro financiero e instalaciones de gobierno de Nueva York, así como el lugar donde uno se puede embarcar para visitar la famosa Estatua de la Libertad.
Día 3 (23 de noviembre)
El día comienza en el metro, el que quizá sea el método de transporte por excelencia para un turista en la ciudad de Nueva York. Al comienzo cuando vi por primera vez el mapa de las líneas no sabía cómo me las iba a arreglar para poder ir de un lugar a otro en metro, ya que a primera vista se ve tan complejo que llega a desconcertar; no por nada con sus 468 estaciones es el sistema de metro más grande de Estados Unidos y uno de los más grandes del mundo.
Pero la verdad, es que después de todo, no fue nada complejo aprender cómo movilizarse a través de cada una de sus líneas, que prácticamente te llevan a cualquier lugar al que quieras ir, y lo mejor es que es un medio de transporte muy barato. Cada viaje cuesta $1.5 dólares, pero hay a la venta unas tarjetas que se venden por periodo, yo compré una de 7 días, con la cual puedes viajar durante ese periodo todas las veces que quieras, incluido en los autobuses, todo eso por solamente $30 dólares (+ $1 por el costo de la tarjeta), así que luego a lugar que debíamos ir íbamos en metro, aun cuando no quedara muy lejos, lo importante era ahorrar tiempo y descansar un poco dentro de todo lo que uno caminaba a diario.
Se ve complejo, pero no lo es tanto en la práctica.
El viaje fue del Grand Central Terminal hasta Bowling Green, donde lo primero que uno se encuentra es el Battery Park.
Acá te puedes topar caminando con las amistosas ardillas.
Kawaii!!
Acá lo primero que hicimos fue retirar las entradas para la Estatua de la Libertad. Todas las entradas a todas las atracciones y museos que visité las conseguí mediante una tarjeta que se llama New York Pass, con la cual por un precio que dependerá de los días que la necesites (en mi caso 7 días, donde cada una costó unos $200 dólares), tienes ingreso a la gran mayoría de las atracciones y museos, además de que en muchas puedes entrar sin hacer las largas filas, ya sea para comprar las entradas o para el ingreso. Ahora para quienes quieran comprar solo la entrada a la Estatua de la Libertad, el costo es esta es de $17 dólares.
Tras un minucioso control de seguridad, casi al nivel de un aeropuerto, uno se puede subir al ferry que te llevará a la Isla de la Libertad, hogar de la Estatua de la Libertad. No hay fotos del ferry por el momento porque no se podía sacar fotos en esa zona >.<
Gente esperando para ingresar al próximo ferry.
A lo lejos se alcanza a ver la estatua.
Hacia la derecha se alcanza a ver el enorme One World Trade Center.
Pues así lucía el ferry en el que iba en dicho instante. Iba en la cubierta superior, por ende, debía soportar al maldito viento.
Ellis Island a lo lejos~
Tras un trayecto que no duró más de un par de minutos, llegamos a destino.
He ahí la Estatua de la Felicidad (para los que jugaron GTA IV) y para todos los demás, la Estatua de la Libertad, el que fue un regalo de Francia a Estados Unidos por el centenario de su independencia.
Es posible subir a la plataforma superior de la estatua, así como a la mismísma corona, pero para esto hay que pagar e incluso reservar con anticipación. En mi caso, no gracias.
Hasta las gaviotas son lindas en gringolandia.
La tienda oficial xD
Vista de la Isla de Manhattan.
Cuando ya no tengas nada más que hacer, basta con tomar algún ferry y volver a Manhattan, no sin antes pasar por otra parada obligatoria, Ellis Island.
Ellis Island es donde llegaban los inmigrantes a Estados Unidos, y hoy en día en las mismas instalaciones usadas en dicha época, se encuentra el Museo de la Inmigración.
Museo de la Inmigración de Ellis Island.
Exhibiciones así se pueden encontrar en el interior. La verdad es que yo lo recorrí en modo turbo, ya que no es era de mi interés y pues ya se estaba haciendo algo tarde y había mucho por recorrer aún.
Vista de Manhattan desde Ellis Island.
Llegada del ferry que me llevaría de vuelta a Manhattan.
Destacando por sobre todos los demás edificios el One World Trade Center.
Hora de seguir el recorrido~
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A pasos del Battery Park, el Museo Nacional de los Indígenas Americanos. La entrada era gratuita, así que por qué no dedicarle unos minutos.
Al interior no se podían tomar fotos, así que solo pude tomar esta, que aquí sí se permitía. En fin, no es que haya habido muchas cosas interesantes que mostrar más que muchos indios americanos de siglos pasados.
De vuelta en la calle, tocaba visitar Wall Street, el famoso centro financiero.
En ese tumulto de gente se encuentra el personaje más popular de este sector…
Quién más que el Toro de Wall Street. Con un poco de paciencia uno se puede lograr tomar una foto solo junto al toro, al menos en ese sentido todos los turistas respetan cuando alguien se está tomando una foto.
La Iglesia de la Trinidad ubicada en Wall Street con Broadway en medio de enormes edificios.
El conocidísimo edificio de la Bolsa de Nueva York. Generalmente ahí hay una bandera enorme de los Estados Unidos, bueno, esta vez no estaba, quizá porque era día sábado.
Estatua de George Washington en el Federal Hall, el que fue el primer Capitolio de los Estados Unidos.
Un cementerio ubicado en medio de los enormes edificios.
Ambiente navideño en Nueva York.
El rascacielos más alto de los Estados Unidos en todo su esplendor, el One World Trade Center (1WTC), el edificio que se levantó en reemplazo a las caídas torres gemelas.
Ahora tocaba visitar el 9/11 Memorial.
De camino al memorial, en una plaza había bastante gente reunida viendo un show callejero muy común en Nueva York, el cual básicamente consiste en hacer ciertas piruetas y luego saltar a una fila de personas. Más fácil que imaginárselo, es ver el siguiente vídeo que encontré…
Antes de llegar al memorial, uno puede visitar el 9/11 Tribute Center, que es una exposición realizada por familiares de las víctimas que te transportarán a la época en que se construyeron las torres gemelas, su apogeo, la tragedia del 11 de septiembre y el futuro que le depara a esta zona con los nuevos edificios que se levantan, que prácticamente todos están ya en su fase final.
De vuelta al exterior toca ir al 9/11 Memorial que queda a solo pasos del Tribute Center.
La entrada al Memorial 9/11 es gratuita, solo se pide una donación voluntaria, y quizá lo más tedioso es la espera en una larga fila (aunque avanza rápido, no fueron más de 15 minutos) y posteriormente el estricto control de seguridad donde te revisan todo, cuál aeropuerto, aunque a esta altura, ya estaba acostumbrado a los controles de seguridad.
Y bien, acá tenemos el 9/11 Memorial, que se resume en dos enormes fuentes de agua que dan el efecto de cascada ubicadas en los antiguos cimientos de las Torres Gemelas.
Quizá de noche sea el mejor momento para visitar este memorial, ya que la iluminación de las fuentes con las luces de los edificios colindantes hace que todo se vea muy bien. Sí el único problema es tomar fotos de noche, ya que con flash salen muy mal, así que se hace casi obligatorio contar con una buena cámara.
El viento ese día era infernal, tanto que se puede reflejar en la caída del agua. De hecho hacía tanto frío, que la cámara por un momento ya ni quería enfocar, eso solo se lo puedo asumir al frío xD
Parte de los restos que quedaron en pie de las Torres Gemelas.
Y bueno, después del memorial, fuimos a comer en el Barrio Chino (Chinatown) donde pude pasear por La Pequeña Italia (Little Italy) y posteriormente terminé (como casi todos los días) en Time Square. No tomé fotos en el Barrio Chino ni en La Pequeña Italia porque mi cámara aún se resentía del frío y no quería seguir exponiéndola, aún quedaban muchos días de viaje, y posteriormente volvería a esos barrios de día, donde se puede apreciar mucho mejor.
Y así concluye mi tercer día en Estados Unidos, segundo en Nueva York. Con una noche fría, donde corría mucho viento y hasta incluso estuvo a punto de nevar, al menos en esta foto, además del viento caían pequeños copos de nieve, aunque de eso no fue más que una hora.
